Una delicada flor de piel de tomate, una cesta de
limón, un rábano en forma de Tulipán, una sutil raya de crema de Calabacín,
unas sutiles lágrimas de Aceto Balsámico, un entramado de gel de Soja, el
socorrido salpicado de un Perejil rizado o de un Arts de Provance y debajo de
nuestro manjar, un bonito y sofisticado plato de una vajilla bien escogida, son
algunas de las cosas que primero nos llaman la atención de un manjar
gastronómico, lo que nos hace pensar y desear "hincarle " el diente,
lo que nos lleva al verlo pasar por delante de nosotros, a cambiar de opinión
sobre lo que pensábamos comer en un principio y lo que nos invita a
adentrarnos, a veces, en un mundo desconocido lleno de nuevas sensaciones y
texturas.
Un montón de frutos secos esparcido sobre un culis de
chocolate acompañando a una porción de tarta, puede llegar a resaltarnos tanto
ese postre que nunca nos llamó la atención.
Una amalgama de verduras de distintos colores
escaldadas junto a una "simple Merluza hervida, puede convertir ese plato
que nos recuerda a días de malestar, en el plato mas divino y digno de la mejor
fiesta gastronómica.
¿Quien se comería algo "negro" si un fuerte
contraste de colores no nos distrajera la atención sobre el? El primer beso se
da o los ojos, y el segundo con la boca.....( Aunque , lo primero que nos
llamará la atención será su perfume....)
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